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Si te preguntas de pronto porque existo:
No es por el silencio insensible,
No es por los minutos de pasión
No es por el alba inclemente,
No es por aquel mar que horadamos,
No es por nuestras sombras escondidas.
Es por ti.
Las horas bajo la mirada de la luna.
El verdor enfermizo bajo tu prodigioso riego en mi piel.
Los gajos que arrancamos a la noche.
Los momentos juntos y el sentimiento que fingir no puedo.
Por eso solo existo.
Existo solo por ti.