domingo, 5 de octubre de 2008

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“También la zona anal es, como la zona bucolabial, muy apropiada por su situación para permitir el apoyo de la sexualidad en otras funciones fisiológicas"
Freud


Salvador es un hombre contradictorio de singular proyección interior, pues en él, el mito del matrimonio es una característica de una simbiosis de las civilizaciones arcaicas y las modernas. Casado desde los veinticuatro años, dentro de la estructura metafórica de la familia ideal, sin embargo no deja de desear y recordar las prohibiciones fundamentales de aquel amor que vivió con otro hombre durante tres años. Un secreto mejor guardado que la Prioría de Zión. Una transpiración pura e impenetrable ante la cual se muestra firme y sufre en silencio. Una farsa que al paso de los años había suavizado su belleza y reconocía como el amor verdadero, tanto más o casi igual que el amor que ahora siente por sus hijos, más no así por su cónyuge ¡Cómo extrañaba a aquel muchacho de andar ligero e ideas brillantes que le divertían tanto! Aquellas sensaciones las tenía tatuadas en su piel, tanto así que eran mil veces mejores que las delectaciones del clitorismo ¡Quien hubiera dicho que era un Homo Fallicus!Por desgracia, o quizás afortunadamente en aquel momento no podía hacer nada más y solo hacia pequeños gestos tratando de ahuyentar estos recuerdos, como quien espanta un mosquito

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