domingo, 5 de octubre de 2008

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- Mi nombre es Jorge, soy gay y soy alcohólico- así se presentaba siempre Jorge “La China”.
Sus mejores amigas son: Ausencia y Soledad, estas son sus circunstancias. Es de esas personas despreocupadas que se bañan con Nórdico y Vanart, a él poco le importan las marcas de los productos solo los resultados básicos.
-Mi vida es una “Nurkia novela”- dice refiriéndose a esa vedette cubana que tanto escándalo hizo al separarse de un famoso productor de televisión.
De él puede decirse que aunque ya la edad se muestra en su rostro, aún es un colegial de genio y figura con sueños jóvenes cuyo mayor logro es saber donde se encontraba el río Yukón con presición. Aún no puede distinguir el vapor y el fuego y por estas extrañas circunstancias es que la realidad no es percibida en su interior como el resto de las personas, para ellos es un garabato biológico. Sin embargo para sus amigos es como una especie rara de orquídea muy cotizada y querida, algo así como una rara cruza entre Libertad Lamarque, donde la vida es un sufrir; y Celia Cruz porque la contraparte es un carnaval y hay que vivir bailando. Lo que si es seguro es que aunque le arrancaran todos los nervios del alma, nunca dejaría de decir que si volviera a nacer pediría volver a ser lo mismo.
-Una cara bonita será mi perdición- es su frase favorita.
No importa que las personas sean crueles o estúpidas, para él todos merecen una oportunidad y son bienvenidos en algún cuarto de su corazón, el motel de los corazones olvidados, en donde en su bar abierto las veinticuatro horas del día serán siempre atendidos con cordialidad quienes gusten de escuchar un poco de música, aún cuando el cáncer de la envidia y la maldad haya licuado lo poco que de humanidad tiene el hombre.

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