domingo, 19 de octubre de 2008

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¿Es más puro el amor homosexual?...Esa era la incógnita que se planteaba Daniel. Un espigado muchacho de color apiñonado, ojos cafés y pelo negro de apenas 15 años que era la atracción máxima de todos los homosexuales jóvenes y viejos. Algo que estaba descubriendo poco a poco y lo hacía sentir feliz y querido.¿En la homosexualidad hay amor? Si y ésta respuesta es su único y más grande justificante. O al menos era lo que entendía después de todo lo que había vivido en el poco tiempo de haber entrado a este mundo de fantasía y oropel, pero también existía la otra cara de la moneda, la profecía negra, que en este amor no hay fidelidad, duración ni constancia. Y esta serie de golpes bajos destruye la maravillosa cualidad de esta relación ¿Pero acaso no había sucedido lo mismo en el matrimonio de sus padres? ¿No vivía su madre sola tratando de cuidar y educar a cinco hijos por culpa de la infidelidad, el alcoholismo y la falta de cariño de un padre abusador? Algo quizás demasiado difícil de entender para su tan corta edad. Lo único que agradecía es que su primer y quizás único amor homosexual, fuera tan comprensivo, inteligente y cariñoso con él…. De verdad que se estaba enamorando y lo mejor de todos es que sus mejores amigos heterosexuales lo animaban e envidiaban a la vez, síntoma de que los tiempos estan cambiando enormemente con respecto a la diversidad sexual.
Por lo pronto, Daniel estaba tratando de entender todos estos sentimientos y deseos entremezclados y tratando de adivinar porque se sentía tan bien al besar esa boca dulce tan diferente y a la vez tan prohibida de otro hombre. Aparentemente es como los demás, pero lo único que tiene claro a su corta edad es que quizás es gay, y la verdad esto no es algo que lo atormente como a otros chicos de su generación. Experimentar y disfrutar….eso es lo único seguro que tiene en claro por el momento en su mente y con eso le basta para ser feliz.

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