lunes, 27 de octubre de 2008

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Antonio es lo que comúnmente conocemos como un chichifo. Uno de esos jóvenes que algún respetable padre de familia después de unos tragos en la fiesta de la oficina o en algún bar, se liga para tener un poco de sexo fácil y sin remordimientos, y sentir ese placer indescriptible que proviene del calor en los músculos del ano después de la eyaculación al final del acto.

Bien recordaba Antonio lo que decía su abuelo:
- Si no quieres andar con putos no lo hagas ni una sola vez, porque si no ya te jodiste. No hay nada como el culo durito y apretado de un macho. Y luego te acostumbras.
Toño comenzó mayateando para ayudarse en sus gastos porque el sueldo que ganaba en Walmart no le alcanzaba, luego como le encontró el gusto a este asunto y después pues ya se hizo profesional.Además le encantaba vestir bien y darse esos pequeños gustos que antes cuando no tenía dinero no podía dárselos. Aparte tener sexo con desconocidos le resultaba fácil y hasta divertido, pues ver a ese conjunto de diversos hombres deseosos, locos, vehementes, borrachos y débiles solicitando sexo y hasta amor con gestos frenéticos, violentos y hasta desamparados lo hacían sentirse un ser superior y hasta un héroe ante tanto ninfómano en ataque. ¿Qué difícil manera de ganarse la vida? Él no creía eso, pues de esta manera había conocido tantos y tan variados lugares que jamás habría imaginado siquiera que podrían existir. No había más verdad para él que esta famosa cita de Bette Davis: “El sexo es la broma pesada que Dios les hizo a sus criaturas”

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