miércoles, 25 de marzo de 2009

36


ERA UN MUCHACHO DE LA CALLE
Autor: Josè N.
Para Juan Caleff

Era un muchacho de la calle
de los que limpian los coches.
Pero miraba acariciando
sus ojos contra los míos.

Le pregunté si podía
quererlo como a un amigo,
gozar su cuerpo desnudo
sobre una cama tendido.

Me dijo que si, que necesitaba dinero.
Y me gusta ser amigo.
Y añadió "si eres activo
ahora mismo me voy contigo".

Así que fuimos a un sitio
de esos de paso
un hotel con espejos
y una TV con porno.

Lo hice poner de rodillas
libre de todo vestido.
Despacio, desde mis pies
subió su aliento encendido.
Donde más se demoró
fue en el plátano y los higos,
goloso se quedó allí,
lamiendo frutos prohibidos.

Más tarde le di a guardar
cien veces mi flagelo erguido.
Su hondura se hizo placer,
su voz un suave gemido.

Desde hace nueve semanas
como una ofrenda de la calle
regresa callado y fiel
a ser hembrita conmigo.


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